BAILE DE EGRESADOS


No te voy a negar que aproveché la ocasión un poco por venganza, es que lo tenía atragantado, Cata. Yo, la verdad, hacía como veinte años que no lo veía, desde la mismísima fiesta de egresados. Cuando Flora me dijo que Fabio iba a venir a la reunión de compañeros de secundaria, primero me puse nerviosa, como que volví a ser la misma chica sumisa que andaba atrás de este boludo, pero después me di cuenta que voy a ser abuela en unos meses, che, no puedo ser tan pelotuda.
Te juro que no pensé que me iba a pasar, que me iba a soltar así, porque si bien era una espina que tenía clavada, ya me había acostumbrado, como te acostumbrás con el tiempo a cualquier cosa, qué sé yo, me falta una muela desde hace unos años, al principio me molestaba, pero después te acostumbrás, masticás de otro lado, no sé, es así.
Bueno, te cuento, llegamos a la reunión, en casa de Ramiro, estábamos todos, faltaban vos y el boludo de Gastón que ahora tiene un pedo en la cabeza, se está separando de la mujer, pobre, de la hija de Caprioli, parece que se encajetó con una pendeja y se le dio vuelta el marote... bueno, sí, perdón, te sigo contando, comimos, picada, asado, ensalada y yo entré a darle a la cerveza, desde temprano. Cuando terminamos el postre ya estaba bastante entonadita y Fabio estaba ahí, casi al lado mío.
No sé, yo lo miraba y para él es como si no hubiera sucedido nada, el hijo puta me hacía chistes y no sé cuando fue el momento pero alguien sacó el tema del baile de egresados, y me saqué, no sé si fue la cerveza, el chinchulín, la molleja, no sé, pero la cosa que me salió de adentro. Lo encaré de golpe ¿Te acordás cuando me dejaste de cara en el baile de egresados?, le dije. Primero se ve que se sorprendió, se puso medio colorado, y me hizo el gesto como si no recordara. ¿No te acordás que me prometiste desde mitad de año que íbamos a pasar juntos, y una semana antes viniste a decirme que tenías un compromiso con la hija de una amiga de tu mamá?
Te juro que cuando terminé de decírselo se transformó, se puso serio, no te voy a negar que los chicos me envalentonaron, porque me empezaron a preguntar cómo había sido eso. Lili y Clara ya lo sabían porque más de una vez lo comentamos, pero los demás creo que no. Y yo seguí diciéndole. ¿No te acordás que viniste un día y me empezaste a decir que no sabías cómo ibas a resolver la situación porque tu mamá se había compometido con la amiga para que pasaras con su hija? ¡No forro!, le dije antes de que contestara ¡vos querías pasar con ella porque era una concheta de colegio privado, con plata, modelito, rubiecita y me despreciaste por ser la morocha petisona hija de un albañil y una peluquera, pero lo peor de todo es que no tenés palabra, no tenés palabra!
Yo seguí Cata, todos querían saber cómo fue y seguí hablando, les conté que después de que Fabio me aclaró que no sabía si podía pasar conmigo pero que era seguro que no, le dije que se vaya bien a la mierda, me di vuelta y me fui llorando, no le iba a mostrar mis lágrimas al forro ese, no se las merecía. Estuve hasta el último día buscando con quién pasar, tenía un vestido azul, hermoso, casi medio año soñando cómo iba a ser la noche en que pasara con Fabio, la foto, el baile, la pasarela, me cagué tomando sol como un lagarto para estar linda y este hijo de puta a último momento se le ocurre mejorar el estatus y pasar con una mojigata de clase alta. 

Creo que Fabio no se la esperaba, por un momento la sonrisa se le borró, como si se hubiera dado cuenta de la cagada que se había mandado. La cosa que les conté todo y se lo chanté en la cara a Fabio, no tuve vergüenza, ni siquiera se acordaban con quién había pasado esa noche, ¿te acordás? por suerte el rengo Cárdenas no tenía con quién pasar, me lo presentó Quico que era amigo de él y yo pasé con él Cata, el hijo de puta de Fabio hizo que tuviera que pasar con un rengo, pero yo acepté, Cata, porque sabés qué, yo no soy como los demás, Cata, yo no discrimino, yo no hago esas cosas, pasé con el rengo y me la banqué como una reina. 

11-6-19

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